Con la finalidad de visibilizar las necesidades de las mujeres con discapacidad, que viven formas de discriminación que se intersectan, tanto de género como de discapacidad, el Senado de la República estableció en 2020 la conmemoración del Día Nacional de las Mujeres con Discapacidad cada 12 de septiembre.
En esta primera conmemoración, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) llama la atención sobre la necesidad de reconocimiento y visibilización de las brechas de género que incrementan, para las mujeres, el rezago y las diferentes formas de discriminación a las que de por sí se enfrentan las personas con discapacidad.
El establecimiento de este día conmemorativo es un recordatorio más del trabajo permanente que se requiere para dar mayor oportunidad a las mujeres con discapacidad de expresar las demandas y propuestas que tienen para mejorar su calidad de vida, pues la participación de los grupos de atención prioritaria es siempre fundamental para avanzar en la construcción y mejoramiento de su entorno social.
De acuerdo con el Censo 2020 del INEGI en el país hay 20 millones 838 mil 108 personas que viven con alguna “discapacidad, limitación en la actividad cotidiana o con algún problema o condición mental”, quienes representan al 16.5% de la población total. Un millón 703 mil 827 de ellas viven en la Ciudad de México, de las cuales 947 mil 519 son mujeres, es decir, el 55.6%.
En su informe sombra al Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) sobre la situación de las mujeres con discapacidad en México, la organización Transversal resalta la importancia de analizar la desigualdad a la que se enfrentan las personas con discapacidad tomando en cuenta la perspectiva de género, pues en México un gran número de mujeres con discapacidad ve limitados sus derechos.
Entre otros aspectos, destacan que las mujeres con discapacidad viven, particularmente, condiciones de aislamiento y exclusión debido a una enorme pobreza, al riesgo en torno a sus condiciones de vida porque sus derechos son vulnerados constantemente, al rezago educativo que les afecta de manera más marcada, a las oportunidades limitadas y salarios menores en el campo laboral y a los gastos cotidianos adicionales por la falta de apoyos técnicos o personales.
A esto se suma que aún no existe información suficiente para prevenir y combatir las prácticas de discriminación y desigualdad a las que son sujetas específicamente por ser mujeres, ni se conoce el impacto de la política pública que existe para atenderlas.
En su informe Impactos diferenciados por covid-19: diálogos con organizaciones de la sociedad civil, el COPRED alerta igualmente sobre la doble discriminación en el caso de las mujeres con discapacidad psicosocial, quienes se enfrentan también a condiciones como la esterilización forzada, la negativa a vivir su maternidad, la negación para maternar, entre otras.
Ante este panorama, el COPRED reitera su compromiso con este grupo de atención prioritaria, al tiempo que llama a visibilizar y poner particular énfasis en la atención a la doble discriminación y las desigualdades específicas que viven las mujeres con discapacidad en razón de su género, y que impactan de manera más profunda en su vida cotidiana y su acceso a derechos. Es preciso seguir trabajando para garantizar el pleno ejercicio de todos sus derechos en igualdad de condiciones para mejorar su calidad de vida, y prevenir y eliminar todas las formas de discriminación que limitan su libre y digno desarrollo.