José Luis Camacho López
Bajo presiones extraordinarias y con estrechos márgenes de negociación, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo logró, con las premisas de respeto y que la soberanía mexicana no es negociable, frenar por un mes la embestida del mandatario Donald Trump de imponerle a la economía nacional 25 por ciento de aranceles a productos exportados a Estados Unidos. Trump tenía programado aplicar los aranceles este martes 4 de febrero.
El tema de la seguridad lo propuso la mandataria mexicana que Trump aceptó. La Jefa del Estado mexicano dialogó durante de 45 minutos, a partir de las ocho de la mañana, acordando cuatro puntos con el desmesurado presidente estadunidense: la pausa de un mes en la aplicación de los aranceles; destinar diez mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte de México para evitar el narcotráfico, sobre todo de fentanilo.
Estados Unidos aceptó también controlar el tráfico de armas hacia nuestro país; y establecer dos equipos de trabajo de ambos países que trabajarán en los temas prioritarios de seguridad y comercio.
Desde el viernes 31 de enero, la presidenta de México había propuesto conversar con el mandatario estadunidense. Entre los temas de interés común, dijo la presidenta Sheinbaum, estuvo el tema de la migración. “Siempre nosotros con base en la protección y el respeto a los derechos humanos”, comentó sin dar más detalles.
Durante la conferencia de prensa efectuada con periodistas en el Salón Guillermo Prieto de Palacio Nacional, la presidenta Sheinbaum Pardo dijo que ella propuso la pausa de un mes en la aplicación de los aranceles. “Estoy segura que, en este mes, vamos a poder dar resultados, buenos resultados a su pueblo y buenos resultados al pueblo de México”, expresó la mandataria a Trump.
La historia de las relaciones de México con Estados Unidos tiene más de dos siglos. Los aranceles han sido parte de las presiones estadunidenses hacia nuestro país. Relaciones, regularmente ásperas, tensas y violentas que han desembocado en costosas pérdidas territoriales para México con la separación de Texas en 1836 y en 1847 de la alta California y Nuevo México por la alevosa y sangrienta guerra declarada a México; y por las intervenciones militares en 1914 y 1916.
Los aranceles figuraron como factor de presión en las relaciones entre México y los gobiernos de Washington desde 1822 con la llegada del primer procónsul Joel Robert Poinsett como agente secreto, relaciones que fueron reconocidas en 1824.
La presidenta mexicana logró en una llamada con el presidente Trump establecer esa pausa para la aplicación de la desmesurada, salvaje y “estúpida”(la llamó el The Wall Street Journal) guerra comercial de aplicar esos 25 por ciento a los aranceles de productos mexicanos que provocarían un serio desequilibrio en la economía mexicana.
Desde que Sheinbaum conoció la amenaza del inquilino de la Casa Blanca de imponer 25 por ciento de aranceles a productos mexicanos exportados a Estados Unidos y de las expulsiones de trabajadores y trabajadoras sin papeles de origen mexicano, pidió mantener la cabeza fría y colocar el respeto a la soberanía mexicana sobre cualquier grado de presiones bajo los pretextos del narcotráfico de fentanilo y otras drogas.
Sheinbaum Pardo, con apenas cuatro meses en la presidencia goza de alto consenso favorable a su gestión hasta del 80 por ciento de popularidad, ha enfrentado groseras y prepotentes presunciones de que su gobierno ha estado vinculado a organizaciones del crimen organizado dedicadas al narcotráfico.
Ese tipo de acusaciones se han derivado de una cadena de informaciones periodísticas difundidas en distintos medios de Estados Unidos y de Europa, que ocurrió en contra del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Todas ellas han sido desmentidas por el gobierno mexicano.
Esas versiones, se publicaron sin pruebas en medios de Estados Unidos y Alemania, Pro Pública y Deutsche Belle, cuyas fuentes fueron agentes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), expulsada del país desde el sexenio anterior.
En el gobierno de la presidenta Sheinbaum una de las últimas acusaciones las hizo el periódico The New York Times a través de un reportaje que aseguraba que en el estado de Sinaloa se producía la peligrosa droga del fentanilo.
Elon Musk, el fanático supermillonario propietario de la red social X y poderoso aliado de Trump, llegó al extremo de replicar un mensaje donde se insinuó que el empresario mexicano Carlos Slim estaba vinculado al narcotráfico que la propia presidenta Sheinbaum desmintió.
Ayer lunes, en Washington, el presidente Trump dijo, a través de su red, que el diálogo con la mandataria mexicana fue “muy amistoso” y se mostró aparentemente satisfecho.
