Ana Luisa Buendía García
En la era digital, la ciberdelincuencia se ha convertido en una de las mayores amenazas para la seguridad y privacidad de personas y organizaciones. El avance tecnológico ha facilitado que los delitos tradicionales migren al ámbito virtual, permitiendo a los criminales adoptar métodos sofisticados para cometer fraudes, robos de identidad y suplantaciones.
Este panorama nos obliga a reforzar nuestras estrategias de seguridad y a actualizar el marco legal para hacer frente a estas nuevas amenazas.
La proliferación de fraudes a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería ha hecho evidente la vulnerabilidad de los usuarios. Casos de personas que reciben mensajes suplantando a familiares en situaciones de emergencia o intentos de extorsión con información manipulada son cada vez más comunes. Estudios recientes revelan que los delitos cibernéticos han aumentado en más del 200%, afectando la integridad física, mental y patrimonial de las víctimas, muchas de las cuales pierden los ahorros de toda su vida laboral.
Eso fue la razón por la que el pasado 6 de febrero presenté una iniciativa en el Congreso de la Ciudad de México para adicionar un párrafo al artículo 148 Quáter, en materia de extorsión, estableciendo que las penas aumenten en un 50% cuando se usen herramientas digitales para cometer el delito, elevando la sanción de 15 a 22 años y medio de prisión. Asimismo, propuse modificaciones al artículo 211 bis, sancionando con 1 a 5 años de prisión a quienes manipulen imágenes, videos o audios para usurpar la identidad de otra persona.
Pero para fortalecer el Marco legal, además incluimos una agravante que incrementaría la pena en una tercera parte si la usurpación se emplea para cometer delitos como pornografía, robo o fraude, con sanciones que oscilarían entre 1 año 4 meses y 6 años 8 meses de prisión.

Estas reformas son necesarias, porque la Inteligencia Artificial (IA), ha potenciado la usurpación de identidad. Según datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, en el último año los delitos de suplantación con IA aumentaron un 218%, con 1,607 casos registrados de enero a agosto de 2023, frente a los 684 reportes del año anterior.
Los ciberdelincuentes han encontrado en la IA una herramienta poderosa para clonar rostros y voces, generando imágenes, videos y audios falsos utilizados para extorsionar y defraudar. Se estima que el 62% de estos delitos se originan en redes sociales y el 26% por hackeo de celulares.
A nivel mundial, más del 90% de las organizaciones han reportado brechas de seguridad vinculadas a la identidad digital. Con la expansión de la IA y el almacenamiento en la nube, el número de identidades vulnerables seguirá aumentando, facilitando ciberataques a gran escala. Además, la técnica de “ja” que consiste en duplicar la tarjeta SIM de un teléfono móvil para acceder a cuentas bancarias y redes sociales, se ha convertido en una táctica común entre los estafadores.
Otro aspecto preocupante es la clonación de voz con IA. Un estudio de McAfee señala que los ciberdelincuentes ya utilizan herramientas de clonación de voz para engañar y extorsionar a sus víctimas. Con solo tres segundos de audio, pueden generar una imitación con un 85% de coincidencia, y con más entrenamiento, la precisión alcanza el 95%. Esta tecnología ha sido utilizada en estafas telefónicas para persuadir a familiares a depositar grandes sumas de dinero, creyendo que están ayudando a un ser querido en peligro.
Casos como el de un individuo absuelto tras alterar imágenes de estudiantes con IA en el Instituto Politécnico Nacional reflejan la facilidad con la que estas tecnologías pueden ser utilizadas para cometer delitos y la necesidad urgente de adaptar nuestro marco legal. Ante este escenario, se ha propuesto una reforma al Código Penal de la Ciudad de México para incrementar las penas por delitos cometidos mediante tecnologías de la información y comunicación.
Es imperativo que adaptemos nuestras leyes a la realidad tecnológica actual. La ciberdelincuencia evoluciona rápidamente, y nuestra legislación debe hacerlo a la misma velocidad para proteger a la ciudadanía y garantizar que quienes utilicen la tecnología con fines delictivos enfrenten consecuencias severas.
*Presidenta de la Comisión de Atención Especial a Víctimas del Congreso de la Ciudad de México.
1.- Un estudio de McAfee señala que los ciberdelincuentes ya utilizan herramientas de clonación de voz para engañar y extorsionar a sus víctimas.
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