Rafael Maya / Camila Doroteo
A punto de iniciar la cuarta fase de eliminatorias regionales (17 de agosto al 21 de septiembre), el concurso binacional “México Canta por la Paz y contra las Adicciones” avanza a paso firme en sus objetivos de crear nuevas narrativas musicales que se alejen de la apología de la violencia, y fortalecer los géneros musicales tradicionales mexicanos como el mariachi, norteño, banda, corrido, tropical, duranguense o el bolero.
Con 365 jóvenes clasificados tras una selección preliminar, la Secretaría de Cultura del gobierno federal presentó a fines de julio pasado a los primeros ocho ganadores de la región Oeste de Estados Unidos.
El 8 de agosto concluyen las eliminatorias estatales, que dejarán únicamente a 48 clasificados, y a lo largo de este mes se realizarán las eliminatorias con eventos presenciales en las regiones del Este, Centro y Oeste de EU, los cuales se transmitirán en medios públicos y redes sociales.
Entre el 7 y 21 de septiembre próximo se efectuarán las eliminatorias regionales correspondientes al Norte, Centro y Sur de México.
En este primer concurso binacional de música participan intérpretes y compositores mexicanos y mexicoestadounidenses de entre 18 y 34 años con una canción, en lengua originaria, español o espanglish, aunque no sea de su autoría, pero que “evoque el amor, el desamor y la grandeza de México”.
De acuerdo con las bases del concurso, iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum, se busca apoyar a nuevos talentos y generar oportunidades creativas para que las y los jóvenes accedan al ámbito profesional de la industria musical, y sean ejemplo para que las juventudes se alejen de intérpretes que enaltecen la narcocultura.
“Gran oportunidad para estimular el talento artístico”
El escritor, productor y músico mexicano Fernando Rivera Calderón, co-conductor del programa de humor político Operación Mamut -transmitido por Canal Once- celebra que este certamen de la Secretaría de Cultura federal sea una “gran oportunidad” para romper estereotipos, y mostrar la maravillosa diversidad lírica que hay en el país.
En entrevista, el también periodista y comunicólogo, quien además es jurado invitado en la última etapa del “México Canta”, aclara que más que ver a este concurso como un impulsor de que la música “no haga apología” o “no hable de…”, es una posibilidad para que la canción mexicana que no responde a temáticas impuestas por la industria y el mercado tenga un espacio para existir.
Cuestionado sobre la posible influencia de géneros como el reguetón, el corrido tumbado o la banda sinaloense, para que las y los jóvenes incurran en violencia criminal, Rivera Calderón descarta que escuchar una canción de estos estilos los incite a cometer delitos.
-“No creo que nadie se meta una raya o se meta a un cártel porque lo escuchó en una canción. Para mí, el problema es que aquí estamos hablando de canciones patrocinadas por el crimen organizado con objetivos publicitarios muy específicos, mismas que se volvieron parte de la industria o narco-industria musical que se ha visto muy beneficiada por ello”, explica el licenciado en Comunicación Social por la UAM-Xochimilco.
Sin embargo, Rivera Calderón líder del grupo musical “Monocordio”, aclara que no es con la censura gubernamental como se debe combatir a las expresiones musicales que ensalzan al crimen: “No creo que el gobierno se deba meter con las canciones, ni creo que ese sea su objetivo, salvo en el caso extremo de grupos como Los Alegres del Barranco, que son financiados por el crimen organizado. Hay gobiernos estatales que sí (ejercen censura), y eso es un absoluto despropósito. Prohibir contenidos de cualquier tipo sólo los potencia”.
Al contrario, el autor de libros como Diccionario del Caos y del poemario Llegamos Tarde a Todo propone que las autoridades den continuidad a los “Semilleros creativos” (programa de la Secretaría de Cultura federal para fomentar habilidades artísticas en niñas, niños y jóvenes), y a otras acciones que estimulan la creación artística y el desarrollo de talentos en comunidades donde la delincuencia sigue siendo una opción muy tentadora.
“Esos programas deben ir a la par de políticas que mejoren a la comunidad: el arte no prospera donde hay hambre”, enfatiza el compositor. Igualmente, propone que haya más productoras musicales independientes: “En una de esas, gracias a ‘México Canta’ logramos que se cree la ‘Productora del Bienestar’”.
Como jurado invitado, Fernando Rivera explica que más allá de calificar la calidad de la interpretación y grabación de las y los participantes, así como su afinación y técnica, se enfocará “al alma de las canciones, en la honestidad radical con que fueron escritas, en la capacidad de conectar y hacer sentir cosas a quienes las escuchan”.
“Más que a calificar, en realidad voy a aprender y a reconocer esas nuevas voces, esas nuevas formas de cantar y de contar el mundo”, agrega este músico que lleva décadas cantando sobre el absurdo cotidiano y parodiando la realidad política del país. “Los concursos de talento musical los hacían empresas que querían curarse en salud (‘Valores Bacardí’) o televisoras y disqueras para posicionar a sus nuevos ‘productos’; que ‘México Canta’ sea de carácter público va a permitir que el talento, honestidad y calidad de los participantes puedan ser vistos desde un enfoque artístico y no comercial. Ya estuvo de que el mercado imponga su mediocre y costosa escena musical; la canción es nuestra”, concluye Rivera Calderón.
Voces nuevas para un cambio social
Consultados por Zócalo, cuatro jóvenes participantes dan su opinión sobre el concurso “México Canta”, y celebran esta iniciativa que apoya a nuevos valores musicales desde una visión propositiva para alejar a la juventud de las garras de la violencia y las drogas.

“Yo crecí en Sinaloa, durante la guerra contra el narco (del entonces presidente Felipe Calderón); ahora vivo en la CDMX. Me da la sensación de que los grandes exponentes de la música con apología a la violencia de ahora son jóvenes de mi misma edad que vivimos en ese ambiente de violencia cuando teníamos nueve o seis años”, cuenta Dante Ureta, joven transexual que participa con el tema de rock alternativo “Una oportunidad”. Sobre la importancia del certamen, Dante resalta que para él es una oportunidad de abordar el tema de las identidades trans, ya que “se cuentan cosas rarísimas que no son cercanas a las realidades”. Además, considera que es una buena apuesta del gobierno impulsar nuevas narrativas a través del arte y acercarse más a los jóvenes.
Sin embargo, considera que un concurso musical es insuficiente para alejar a las juventudes de temáticas relacionadas con la violencia del crimen: “No creo que sea la única respuesta; ayuda generar nuevas narrativas y ambientes donde los jóvenes puedan generar arte, pero no se soluciona con eso, sino con oportunidades laborales, con darle fin al narco-Estado, que los jóvenes puedan tener otras aspiraciones”.
Por su parte, la cantautora Mariana López Miranda, de 25 años, advierte que es positivo usar la música como un medio de protesta contra la violencia, la misoginia o el narcotráfico.

“Tengo un primo de 11 años que dice ‘me encantan los corridos tumbados’, pero él no tiene esa realidad, no la conoce y que ese sea su ejemplo, la verdad es preocupante”, alerta la joven que se hace llamar LÖM por la combinación de sus apellidos, que forman una palabra que en el idioma yagán (pueblo indígena del sur de Chile) significa “sol”.
“No estoy de acuerdo con letras misóginas. De repente hablan de la fiesta y eso es válido, pero groserías, temas mucho más agresivos, siento que al final sí nos afectan. Creo que es mejor darle voz y enaltecer la parte bella de nuestra realidad”, indica Mariana, originaria del Estado de México y quien participa con la canción “Solo tú”, del género folclórico-pop.
“Es importante tener una contrapropuesta. Por ejemplo, el himno que se hizo contra los feminicidios y a favor del 8M (Día Internacional de la Mujer). La música tiene un poder muy fuerte de mover energías y emociones. Es importante no sólo hablar del amor o de sentirse bien, sino también de temas más profundos, de la sanación de las heridas o de la experiencia de vivir en este mundo desde diferentes enfoques”, abunda la compositora, quien a los 10 años grabó un disco de música mexicana.
Mariana estudió producción musical y se ha presentado en eventos musicales en el Zócalo, la Feria del Libro, el Festival de las Culturas Amigas y hasta en el Auditorio Nacional. “Creo que con el concurso ‘México Canta’ se puede mover la energía y la atención de la gente a mil cosas más que están igual de padres, que son mucho mejores y más constructivas”, reafirma la joven.

De su lado, César Peralta Rodríguez, de 21 años, cantautor y originario de Querétaro, señala que no está en contra de algún género musical, pero aclara que hay temáticas que deberían estar más presentes que otras.
“‘México Canta’ puede empezar a popularizar otro tipo de temáticas, alejar esta moda de lo bélico y acercar al mainstream o a las modas otros temas menos conflictivos”, vislumbra este joven que participa con la canción “Media mitad”, de género pop-rock alternativo.
Este concurso “también es una oportunidad para muchos de los artistas que tal vez no estamos dentro de las temáticas más mainstream como este género (corridos tumbados). Pero puede llegar a ser una oportunidad para ser escuchados y que también se sepa que hay cosas buenas ocurriendo en la música, que no necesariamente están dentro de la moda actual”, apunta César.

Ana Sofía Martínez García, tiene 33 años de edad y es originaria de Guadalajara, Jalisco. Ella es intérprete y participa en “México Canta” con el tema “La llorona”, con el que hace fusión de música mexicana contemporánea.
“Esta iniciativa es muy importante porque apoyan a los jóvenes artistas a dar una plataforma en la que los podamos conocer. Porque a pesar de que existen las redes sociales, hay muchas limitantes, principalmente de dinero… en cuanto a no promover la violencia, ver el arte desde otro punto de vista es muy importante”, expresa la cantante.
Sobre la polémica por las letras misóginas y violentas de géneros como los corridos tumbados, Ana apunta: “Creo que un artista puede expresar cualquier cosa, pero hay que pensar más allá. No nada más somos nosotros, sino que también están los niños y ellos nos escuchan”.
Ana Sofía piensa que “México Canta” es un inicio para impulsar música sin apología de la violencia: “No creo que sea súper fácil que de la noche a la mañana se logre, pero es un gran comienzo que va a motivar a que los jóvenes pongan su mente en otro lado”, añade.