La exposición Impromptu en Xoco no podía ser interpretada sin la guía del artista Otto Cázares, quien se tomó el tiempo los viernes por la tarde para llevar a los curiosos a recorrer el vestíbulo del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), emisora en la que labora desde hace 18 años.
Xoco es por la obviedad territorial del espacio vital del IMER. Mientras que Impromptu proviene de la jerga musical, haciendo alusión a las improvisaciones que se hacen con los instrumentos de cuerdas o de viento.
Sin embargo, el sentido que retoma Cázares de esta palabra es el de “impronta”, la huella que la radio deja en el mundo, especialmente la que él ha querido dejar en su amplia trayectoria desde su trabajo en Radio UNAM y ahora en Opus 94.
713 guiones que desbordaban los cajones de Otto Cázares tapizan algunos muros del vestíbulo del IMER, sobre los que plasmó su trabajo artístico como producto de la relación entre él y su trabajo. Con dibujos silueteados de los que emanan raíces, cobra sentido que en sus palaras: “Mi imagen se enraíza a mis palabras y mis palabras se enraízan en las imágenes”.
Ya no se mira al caballo, se escucha su galope, representación directa con la libertad, ideología retomada, en parte, del ritual hindú Ashvamedha. Consiste en la liberación de un caballo al que se le permitía vagar y hacer lo que quisiera durante un año mientras era escoltado por un ejército que lo cuidaba, una alegoría de libertad para Cázares: “Esta exposición para mí representa un rito de liberación en muchos sentidos, personal, modos de trabajar, modos de comprensión”.
Y es que el sonido adquiere las cualidades de una criatura incontrolable, que toma sus propias decisiones, su propio camino, decide a dónde llegar y en quiénes impactar: “El sonido se comporta como el canto de las aves, o se comporta como el gruñido de las bestias. El sonido en realidad es una bestia, es un animal”.
Tanto este razonamiento como su fascinación por las fábulas fueron las que propiciaron que Otto Cázares optara por dibujar encima de su trabajo radiofónico las siluetas de un pájaro, una serpiente, un toro, etc.
Cázares no omitió mencionar que uno de los protagonistas de su obra es su cuaderno de trabajo, en el que escribe los textos que posteriormente toman la forma de arte que mejor le parezca: un ensayo, un programa radiofónico, pinturas, dibujos… ideas que se han conjugado en otros proyectos como su editorial Luxpluslux.
Inspirándose en la máquina de pensar de Ramón Lull, concretó muy a su manera diversas estrategias nemotécnicas que le permitían organizar su mente plagada de ocurrencias artísticas, moldeándolas en la realidad no sólo con papel y lápiz, de manera lineal, sino también con geometrías que le permitían jugar con su imaginación mientras desempeñaba sus labores.
Dibujos inspirados en Esopo de Velázquez, un crucigrama múltiple, un libro con páginas pop-up, la secuencia de Marsias convirtiéndose en río tras ser desollado, la banda integrada por un tlacuache, un cacomixtle, una rata, un zorrillo y un pez tocando diferentes instrumentos y expidiendo onomatopeyas, adornan también la sala.
No se debe olvidar el Pin-Ball de papel que vino acompañado de la anécdota de un programa experimental que Otto Cázares realizó en televisión, el cual consistió en dejar entrar a una mosca a una de estas máquinas para documentar los sonidos que realizaba. Esto explica la mosca de papel con la que decidió adornar, junto a otras metáforas, la vitrina del centro.
Impromptu en Xoco es un espacio en el que la palabra y la imagen convergen. Los trazos de Cázares resultan ser una forma de percibir el mundo y plasmar su sonar, valiéndose de los recursos que tiene a su alcance para crear y no dejar que su imaginación se desborde y se desperdicie otorgándosela al olvido. Y es que el universo, la realidad y su mente son sonido; esta exposición es la plastificación del sonido mismo sin recurrir a las ondas sonoras.
Otto Cázares es artista visual y ensayista. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte desde 2019. Ha sido profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda. Practica el dibujo, el ensayo, la pintura, el arte correo, el performance, la radio, el video-arte, la TV, el teatro de marionetas y de sombras, la caricatura y la historia. Concibe la docencia como una práctica artística en sí misma.
Itzel Cruz