AMLO se perfila como el ganador de las elecciones de 2021
Comunicación Política, Hemeroteca

AMLO se perfila como el ganador de las elecciones de 2021

Ivonne Acuña Murillo

En todo proceso electoral, en especial en aquellos que suponen un punto intermedio a lo largo de una gestión gubernamental como la del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se hacen ejercicios de prospectiva buscando definir los escenarios posibles. En el caso de la elección intermedia de 2021, la más grande en la historia de México, con 21 mil 368 cargos en disputa, la pregunta obligada apunta a saber si la ciudadanía refrendará el triunfo de AMLO en 2018, dándole la oportunidad de profundizar aquellas medidas que harán posible la Cuarta Transformación (4T).

¿Cuántas gubernaturas ganará Morena?, ¿Mantendrá su mayoría en la Cámara de Diputados y en los 20 congresos locales ganados en 2018?, ¿Fortalecerá su posición como partido en el poder dando al Presidente la posibilidad de aumentar su fuerza e influencia en materia de gobierno?, ¿Mantendrán el Presidente y su partido la ventaja que hoy les reconocen las principales casas encuestadoras?

A poco menos de 3 meses de que se realicen los comicios, todo parece indicar que Morena y los partidos de su coalición, “Juntos Hacemos Historia”, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM), se alzarán con mayores triunfos que la coalición opositora “Va por México”, formada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

De acuerdo con datos de la casa encuestadora Compaigns & Elections México, la coalición de Morena podría ganar 13 de las 15 gubernaturas en competencia y la del PAN solo dos, Querétaro y Nuevo León.

Para la consultora Massive Caller, Morena va a la delantera en 11 de 15 gubernaturas, de acuerdo con la encuesta publicada el pasado lunes 8 de marzo. Siendo los estados de Baja California Sur, Chihuahua y Querétaro aquellos en los que el PAN aventaja en preferencias, encontrándose empatado con el PRI en San Luis Potosí. Los estados donde Morena tendría ventaja, de acuerdo con esta casa encuestadora son: Baja California, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.

Por su parte, la consultora Demoscopia Digital reporta, en relación con la encuesta realizada el sábado 6 de marzo, que Morena aventaja en 10 entidades federativas, el PAN en tres y el PRI estaría en primer lugar en dos entidades más. En lo que respecta a la coalición PAN-PRI-PRD, esta se impondría en Baja California Sur, Chihuahua, Querétaro y en San Luis Potosí estaría empatada con la coalición formada por Morena-PT-PVEM.

Por su parte, Morena tendría la delantera en las siguientes diez gubernaturas: Baja California, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Colima, Michoacán, Guerrero, Tlaxcala, San Luis Potosí (empate) y Zacatecas. A pesar de su ventaja, se augura que en estados como Colima, Nuevo León y San Luis Potosí, Morena enfrentará una competencia más cerrada.

En un foro virtual de encuestadores, organizado por El Financiero, el 4 de febrero, mismo que se comenta en el artículo de la Redacción ¿Quién ganará las elecciones de 2021?, los expertos en encuestas mostraron diferencias en torno a cuántos estados ganará Morena y si logrará o no mantener el número de curules que hoy ocupa en la Cámara de Diputados. Sin embargo, coinciden en afirmar que Morena ganará en un número mayor de estados que cualquier otro partido y que se mantendrá como primera fuerza en la Cámara de Diputados.

En dicho evento participaron: Alejandro Moreno, director de Encuestas y Estudios de Opinión de El Financiero, para quien es muy posible que Morena cuente con el mayor apoyo de los votantes; Roy Campos, presidente de Mitofsky Group, afirmó que Morena no ganará igual número de curules que en 2018, pero se mantendrá como primera fuerza en la Cámara de Diputados; Jorge Buendía, director de Buendía y Laredo, consideró que Morena sería la “minoría más grande” en dicha Cámara.

Elecciones intermedias prueba de fuego

A partir de 1997, año en que el PRI perdió por primera vez la mayoría en la Cámara de Diputados, las elecciones intermedias se han convertido en la prueba de fuego de todo presidente en funciones.

Como ocurrió en 1997, en 2003 y en 2009, Vicente Fox Quesada y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa no pasaron la prueba. Algo distinto ocurrió en 2015 cuando el PRI logró mantener, apenas, la mayoría en la Cámara a pesar de haber perdido algunas curules gracias al 7% de votos del PVEM con el cual fue en coalición para sumar el 36%. No así sus gubernaturas. En 2013 perdió Tabasco; en 2014-2015 Michoacán, Nuevo León y Querétaro; al año siguiente Aguascalientes, Durango, Chihuahua, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz; en 2017 Nayarit, Jalisco, Chiapas y Yucatán.

En 2003, el PAN perdió las elecciones a gobernador en Campeche, Colima, Nuevo León y Sonora, logrando conservar Querétaro y ganar en San Luis Potosí. En 2009, se disputaron otras 6 gubernaturas, 5 de las cuales fueron ganadas por el PRI, Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, y una por el PAN, Sonora.

De acuerdo con los datos expuestos, el presidente López Obrador y su partido, Morena, pasarían la prueba de fuego en las elecciones intermedias que se avecinan pues, en el peor de los escenarios, Morena ganaría 10 gubernaturas y en el mejor 13.

Cabe recordar que las opiniones recogidas por las casas encuestadoras pueden variar, hacia arriba o hacia abajo de acuerdo con el humor de las y los votantes. Por ejemplo, en algún momento El Financiero sostuvo que, de acuerdo con sus datos, Morena lideraba las preferencias en 14 de 15 estados, apuntando que la oposición le pisaba los talones en 6 de ellos. (Consultar: “Morena lidera preferencias en 14 de 15 estados… pero oposición le ‘pisa los talones’ en 6 de ellos”, del 15 de diciembre de 2020).

Es de destacar que, en general, los principales partidos de la debilitada oposición, PAN y PRI, no alcanzarían, ni sumando sus votos, a infringir una derrota contundente a Morena, desplazándola del sitio de primera fuerza política a nivel nacional.

Es un hecho, que Morena como partido en el poder no ha desempeñado el papel que se esperaba y que existen razones para afirmar que se ha comportado como un partido ineficiente (al respecto leer el artículo de mi autoría “Morena, el partido ineficiente”, publicado en el sitio de Julio Astillero, el 5 de octubre de 2020), por lo que las razones de su augurado triunfo bien podrían deberse a dos factores.

El primero y más importante es el nivel de aprobación con que cuenta el presidente de la República, que después de descender del 85% reportado por Parametría al inicio de su administración, costos de ser gobierno, se ha mantenido arriba del 60%, llegando por momentos a superar el 70% dependiendo de la casa encuestadora. Es sabido que AMLO suma votos al partido donde milita y en este caso Morena no es la excepción ya que se beneficiará del “efecto AMLO y su arrastre” de votos.

El segundo factor, es un fenómeno observado a partir de que Morena ha perdido en intención de voto desde que ganara en 2018. Se ha visto que, los votantes que este partido pierde no se suman a los partidos opositores, PAN y PRI principalmente, sino a las filas de los independientes.

En la cultura política mexicana de corte presidencialista, sigue habiendo una especie de confianza ciega en el Presidente, en sus buenas intenciones, en su amor por el pueblo. En este caso, como casi ningún otro a excepción de Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, el primer mandatario conserva, de manera individual, el prestigio de su nombre, de su actuar, de su vida pública y de los resultados que pueden contabilizarse desde que ocupa la presidencia. Prestigio no comparable con aquel de quienes le acompañan en el gobierno y en las Cámaras de Diputados y Senadores.

La admiración, aceptación, cariño y fe que se le tiene se convertirán en votos o, al menos, así parecen indicar los datos referidos. Lo anterior, le permitirá triunfar en las próximas elecciones, dándole la oportunidad para terminar de sentar las bases de lo que ha dado en llamar la Cuarta Transformación (4T).

Por supuesto, el triunfo de Morena dependerá también del trabajo de sus bases, de sus líderes locales, de que prevalezcan los intereses del partido antes que los de sus facciones. Pero, sobre todo, de que su dirigencia nacional -nueva y ya cuestionada por el caso Félix Salgado Macedonio y por otras candidaturas que no tienen contenta a su propia militancia-, logre operar al partido cumpliendo una de sus funciones principales: ganar votos.

*Catedrática de la Universidad Iberoamericana.

28 de diciembre de 2021