Alejandro Navarrete
Son los nuevos medios de influencia masiva. Si Andrés Manuel López Obrador invitó en su sexenio pasado a los magnates de las televisoras y medios de comunicación a su consejo asesor empresarial, Donald Trump sentó como invitados VIP a su toma de protesta como presidente 47 de Estados Unidos a los magnates de las redes sociales y las plataformas tecnológicas.
De un lado, ex presidentes: Obama, Clinton, Bush, Biden. Del otro lado, millonarios dueños o directivos de los canales digitales más influyentes: Elon Musk, de Tesla, Space y X; Mark Zuckerberg, de Meta (Facebook, Instagram, Whatsapp); Jeff Bezos, de Amazon; Sundar Pichai y Sergey Brin, de Google; Tim Cook, de Apple. Entre la audiencia, también Shou Crew, CEO de Tik Tok. Además, prácticamente todos donaron al menos un millón de dólares para los eventos de celebración de la llegada al poder de Trump, si bien varios de ellos no habían apoyado abiertamente ni donado al también empresario durante su campaña.
Además, lo habían bloqueado de sus cuentas de redes en el 2021. Ahora, el mensaje político fue claro: Trump los dominó, los alineó y las mega empresas de Silicon Valley ahora están de su lado, no del del Partido Demócrata.
De hecho, previo a su toma de posesión, Trump tuvo, en su residencia de Mar-a-Lago en Florida, reuniones privadas personales con la mayoría de estos líderes tecnológicos, incluyendo una también con Sam Altman, de Open AI y otra con Bill Gates, fundador de Microsoft.
Dos semanas antes de la toma de posesión, una caricatura que mostraba justamente a varios de los magnates de la tecnología arrodillados y ofrendando su dinero a Trump fue censurada en The Washington Post, propiedad de Jeff Bezos.
Mientras tanto, Zuckerberg anunció cambios en Meta que lo alejan de los demócratas y lo acercan al movimiento de Trump; Elon Musk obtuvo más poder político que nunca y Tiktok quedó entre la espada y la pared, para ser rescatada y a la vez controlada por el nuevo presidente o empresarios afines a él.
Elon Musk y su verdadera inversión en Twitter: llegar al gobierno de Trump. Cuando Elon Musk -considerado actualmente el hombre más rico del mundo- compró Twitter, muchos opinaron que no podría mantenerlo como un negocio sostenible.
Sin embargo, todo indica que su principal apuesta era política. Una inversión que redituaría en términos de poder e influencia, y por lo mismo, eventualmente también en términos económicos para sus negocios.
En ese momento, muchas empresas anunciantes abandonaron X, como la llamó Musk, argumentando supuestos impulsos de la nueva red a los discursos de odio, tras los filtros de censura que el magnate quitó en dicha red social. Musk dijo que apostaba por la libre expresión, denunció que supuestamente los algoritmos estaban modificados, cuando él llegó, para favorecer información “woke” o de corrientes políticas de izquierda y disminuir el alcance de otros puntos de vista. También, alertó que las agencias gubernamentales tenían mucha injerencia en peticiones de censura de información permitida en la plataforma.
El magnate tecnológico sustituyó muchos de los elementos de filtrado de fake news sólo con la opción de notas de la comunidad, en donde los mismos usuarios pueden hacer precisiones a tuits con información falsa o equivocada.
Entonces, también quitó el bloqueo a varias cuentas, entre ellas la de Donald Trump, quien había sido prácticamente expulsado de las principales redes sociales tras la elección del 2020 y la postura de los medios y las plataformas tecnológicas de que era un peligro para la democracia por su negativa a aceptar la derrota y por las acciones de sus simpatizantes en el Capitolio el día de la toma de posesión de Biden.
Musk, además, comenzó a postear frecuente y abiertamente a favor de Trump, dejando a un lado la supuesta imparcialidad que otros líderes de plataformas sociales tratan de mostrar al menos públicamente.
Así, la suya se convirtió en una de las cuentas con más alcance en su propia red, generando en algunos críticos incluso suspicacias de que pudiera haber modificado los algoritmos para aumentar el alcance de sus propios tuits y de otros con posiciones políticas similares, algo que se investiga actualmente en la Unión Europea.
Tras la elección en la que Trump ganó con claridad, Musk celebró efusivamente en los mensajes de su plataforma y, desde entonces, pareció estar constantemente pegado al republicano. Apenas unos días después de su victoria, el 12 de noviembre Trump anunció que Musk estaría a cargo de un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, encargado de la desregulación y desmantelamiento de burocracia.
Facebook: el “arrepentido” Zuckerberg se alinea con Trump
El primer coqueteo, al menos público, de Mark Zuckerberg con Trump rumbo a las pasadas elecciones, fue después de que el entonces candidato sobrevive al atentado con el que intentaron asesinarlo en el verano pasado.
“Ver a Donald Trump levantarse después de recibir un disparo en la cara y levantar el puño con la bandera estadounidense es una de las cosas más increíbles que he visto en mi vida”, dijo el fundador de Facebook.
“En cierto modo, como estadounidense, es difícil no emocionarse con ese espíritu y esa lucha”, agregó el presidente de Meta Platforms en una entrevista.
En el 2021, Zuckerberg anunció en un comunicado que su empresa bloquearía al presidente Trump de Facebook e Instagram afirmando que “claramente” mostraba que tenía la intención de “socavar la transición pacífica y legal a su sucesor” y que no permitirían que usara sus plataformas “para incitar a una insurrección violenta contra un gobierno elegido democráticamente”.
Eran los últimos días del gobierno de Trump y la llegada de Biden era inminente.
Ahora, sin embargo, 10 días antes de la toma de posesión de Trump, Zuckerberg apareció en el famoso podcast -el más escuchado del mundo- del ex peleador de artes marciales Joe Rogan -quien fue importante altavoz de Trump en su campaña y se autodefine de tendencia “libertaria”- y se lanzó contra Biden y su gobierno denunciando que, durante la pandemia, habían recibido presiones de ellos para censurar contenidos, como las críticas y dudas de las vacunas contra el COVID, entre otros.
Anunció que quitarían los sistemas de verificación de información en Estados Unidos (contratados a empresas periodísticas), que los verificadores estaban muchas veces demasiado “sesgados” y que (al estilo de Elon Musk y X) implementarían ahora mejor el sistema de notas de la comunidad hechos por los mismos usuarios.
El anuncio de Zuckerberg y además hecho de esa manera se interpretó casi generalmente como un cambio de alineamiento político de los demócratas y la izquierda al lado de Trump y sus simpatizantes. Para entonces, ambos ya se habían reunido en la residencia de Florida.
Jeff Bezos, de Amazon a la censura en The Washington Post
Elon Musk pareció tratar de sembrar intriga entre Trump y Jeff Bezos, fundador de Amazon y su rival en contratos y venta de desarrollo tecnológico espacial al gobierno estadounidense con su empresa Blue Origin, competencia de Space X. O quizás era un plan de él y Trump para ablandarlo y alinearlo.
El 21 de noviembre Musk tuiteó un rumor: “Acabo de enterarme esta noche en Mar-a-Lago que Jeff Bezos estaba diciendo a todos que Donald Trump seguro iba a perder, así que deberían vender todas sus acciones de Tesla y Space X”.
Poco después, el propio Bezos respondió por la misma red: “No. 100% no es cierto”. A lo que Musk respondió simplemente: “Bueno, entonces, corrijo”.
Sin embargo, un mes después, el 18 de diciembre Bezos cenó con Trump, con Musk presente. Y cuando esto fue filtrado por la prensa, Musk respondió con un tuit diciendo: “fue una buena conversación”.
Bezos previamente ya había evitado que el staff directivo de The Washington Post (periódico de su propiedad desde el 2013) publicara un editorial manifestando su apoyo a Kamala Harris, en octubre, algo que en las semanas siguientes había hecho perder al periódico más de 200 mil suscriptores, según publicó NPR en su momento.
Luego, ya en enero, la caricaturista de The Washington Post, Ann Telneaes, renunció, al denunciar censura en el diario por eliminar el cartón que iba a publicar y en el que aparecían varios de los magnates tecnológicos -incluyendo el propio Bezoshincados ante Trump y ofreciéndole bolsas de dinero como ofrenda.
“En todo este tiempo, nunca me habían prohibido un cartón por quién o a qué había decidido apuntar con mi pluma”, afirmó Telnaes, quien trabaja en el periódico de la capital estadounidense desde el 2008.
Matt Wuerker, caricaturista de Político y ganador del premio Pulitzer, calificó la decisión de los editores del Post como “cobarde” y afirmó que Herbert Block y Ben Bradlee (famosos caricaturista y editor históricos del diario) estarían “retorciéndose, pataleando y gritando en sus tumbas”.
Un día después de la toma de posesión, en la que Bezos apareció sentado a unos metros de Trump, junto con su novia, la periodista de espectáculos, Lauren Sánchez, se dio a conocer que más de 400 trabajadores del Post enviaron una carta al magnate solicitando una junta urgente para dialogar sobre el futuro del diario y sobre una “falta de confianza” que están percibiendo hacia el medio.
“Estamos profundamente alarmados por decisiones recientes del liderazgo que han hecho que lectores cuestionen la integridad de esta institución, que han roto la tradición de transparencia y que varios de nuestros más distinguidos colegas se hayan ido y otros más están por irse”, decía la misiva.
Tiktok, hecho en China, adoptado por Trump
En cuanto a Tiktok, justo un día antes de la toma de posesión de Trump, el domingo 19 entró en vigor una prohibición para que la red social pudiera seguir siendo descargada en las plataformas celulares en Estados Unidos, luego de que la Suprema Corte avalara dicha decisión gubernamental.
Las razones de la decisión eran la supuesta injerencia del gobierno chino en los datos y privacidad de los usuarios estadounidenses, considerándola una herramienta espía y de moldeo de la opinión pública. Es decir, un tema de seguridad nacional.
Aunque el tema lo había comenzado a impulsar Trump cuando fue presidente, la primera vez, ahora el magnate apareció como el salvador de la plataforma.
Dos días antes de la entrada en vigor de la prohibición, Shou Zi Chew, CEO de Tiktok apareció en un video en la plataforma agradeciendo a Trump (aún sin ser presidente) por su apoyo para que la red social pudiera sobrevivir en Estados Unidos.
“Quiero agradecer al presidente Trump por su compromiso de trabajar con nosotros para encontrar una solución que mantenga TikTok disponible en los Estados Unidos. Esto es un fuerte apoyo a la Primera Enmienda y en contra de la censura arbitraria”, dijo.
Luego, tras entrar la prohibición el domingo, Tiktok regresó con un mensaje agradeciendo de nuevo a Trump: “Tiktok está en proceso de restablecer el servicio. Agradecemos al presidente Trump por blindar la claridad y la garantía necesarias a nuestros proveedores de servicios de que no enfrentarán sanciones por brindar a Tiktok a más de 170 millones de estadounidenses y permitir que más de 7 millones de pequeñas empresas prosperen”.
Fiel a su estilo negociador y agresivo, Trump, como sea, aprovechó y amenazó: “Tiktok no vale nada sin un permiso para operar en Estados Unidos. Me gustaría que Estados Unidos tuviera una participación del 50% en una empresa conjunta. Al hacer esto, salvamos Tiktok, lo mantenemos en buenas manos y le permitimos seguir creciendo. Sin la aprobación de EU, no hay Tiktok. Con nuestra aprobación, vale cientos de miles de millones de dólares, tal vez billones”.
El primer día de su gobierno, Trump aplazó 2 meses y medio (75 días) la aplicación del veto a la red y de la ley que ordene vender el control de Tiktok a una empresa estadounidense.
Cuestionado al día siguiente por un periodista, Trump dijo que apoyaría que Elon Musk comprara la red social. “Lo estaría (de acuerdo) si él quisiera comprarla”. Y añadió que también le gustaría que Larry Ellison, de Oracle “también la comprara”.
Luego insistió: “Me reuní con los dueños de Tiktok y el acuerdo que estoy pensando es el siguiente: no vale nada sin un permiso (…) Estoy pensando en decirle a alguien que lo compre, que le entregue la mitad a Estados Unidos, y le daremos el permiso. Y tendrán un gran socio en Estados Unidos”.