“Fuimos secuestrados en aguas internaciones y llevados contra nuestra voluntad a Israel”, acusó la activista sueca Greta Thunberg tras su llegada al Aeropuerto Charles de Gaulle, en París, luego de que el barco Madleen —que llevaba ayuda humanitaria a la asediada Franja de Gaza— fue interceptado por las fuerzas israelíes, el pasado 9 de junio.
En la embarcación viajaban 11 personas, algunas pertenecientes a la organización Flotilla de la Libertad. El barco fue abordado y desviado en el Mar Mediterráneo por fuerzas de ocupación israelíes. “No violamos ninguna ley. No hicimos nada malo”, resaltó Thunberg.
Israel deportó a la ambientalista la mañana de este 10 de junio, a lo que el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país publicó en X:“Greta Thunberg acaba de partir de Israel en un vuelo a Suecia (vía Francia)”. Además, subió un par de fotos que muestran a la joven de 22 años a bordo del avión.
Del mismo modo, el ministerio advirtió: “Aquellos que se nieguen a firmar los documentos de deportación y abandonar Israel serán llevados ante una autoridad judicial, de acuerdo con la ley israelí, para que autorice su deportación”.
Por su parte, Francia reportó que cinco de los seis activistas franceses que también eran parte del Madleen se negaron a firmar sus órdenes de deportación, por lo que serán llevados ante una autoridad judicial israelí.
Ante esto, Jean-Noel Barrot, ministro francés de Asuntos Exteriores, declaró en X:“Nuestro cónsul ha podido ver a los seis franceses detenidos anoche por las autoridades israelíes (…). Uno de ellos ha aceptado marcharse voluntariamente y debería regresar hoy (10 de junio). Los otros cinco serán objeto de un procedimiento de deportación forzosa”.
Thunberg también expresó su preocupación por las personas que siguen detenidas: “Estoy muy preocupada por ellos”. La activista por el medio ambiente llamó a quienes miraban expectantes en el aeropuerto y a los gobiernos a iniciar movilizaciones para su “liberación inmediata”.
Camila Doroteo