Antonio Martínez Torres fue un destacado profesor del Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente, de la UNAM, y quien participó activamente en sindicatos, y movimientos socialistas y revolucionarios, los cuales buscaron mejores condiciones laborales para trabajadores, campesinos y el pueblo en general.
Es por ello que la Cámara de Diputados le rindió un homenaje luctuoso al cumplirse 15 años de su fallecimiento, para conmemorar su trabajo como profesor, luchador social y, sobre todo, como un hombre que se convirtió en piedra angular de la izquierda en México.
En el evento participaron el diputado federal por Morena Juan Hugo de la Rosa; el titular de la Fiscalía Federal de Morelos, Ulises Lara; el antropólogo Diego Prieto, director de la Unidad Estratégica de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad (UCVPII) de la Secretaría de Cultura (SC); Roberto Rico, quien trabaja en el Fondo de Cultura Económica (FCE); y el escritor y periodista Ricardo Martínez, colaborador de la revista Zócalo.
De la Rosa García destacó la importancia de la lucha que emprendió Antonio Martínez para el desarrollo de la democracia en México: “Antonio, como dirigente, nos condujo a todos en la lucha obrera, en la lucha del movimiento urbano popular, en la lucha estudiantil de donde muchos de nosotros surgimos de ahí, por lo que hoy necesitamos que la gente conozca lo que en esos momentos se hizo para lograr lo que hoy tenemos en nuestro país”.
Por su parte, Ulises Lara detalló que la convicción de Martínez era construir un partido de izquierda que encabezara las exigencias del proletariado, basado en el libro de José Revueltas, Un proletariado sin cabeza, ya que los partidos de izquierda que existían en esos tiempos no lograban el respaldo popular.
Sin embargo, estas ideas desembocaron en la construcción de varias organizaciones, como el Frente Popular Independiente, Organización por el Movimiento Estudiantil, y el Movimiento Urbano Popular, entre muchos otros.
“Vivíamos en tiempos en donde la idea del trabajo requería la visión del proceso conspirativo. En esa construcción se hicieron varios proyectos importantes, como fue el proyecto de cuadros, es decir, una organización militante; en ese marco, que lo podemos sintetizar en unos años, en realidad representa décadas, representó todo el sentido de vida de Antonio Martínez, como profesor del CCH, pero también siendo dirigente, militante, padre de familia y compañero”, aseveró el fiscal.
Por su lado, el antropólogo Diego Prieto recordó que a Antonio Martínez se le conocía como “El Sol Negro”, aunque también lo conocían como “Tomás”, “Ricardo” o “La Sombra”.
Para este académico, las enseñanzas de Martínez van más allá de la victoria electoral, pues también enseñó que la transformación ocurre en las fábricas, en los barrios, en los sindicatos, de modo que no basta con cambiar un gobierno para cambiar al país, y que es altamente peligroso luchar políticamente sólo por conseguir puestos de poder.
Prieto indicó que en 1982, al haberse postulado a la Presidencia Rosario Ibarra de Piedra por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), hubo muchas discusiones sobre lo que iba a suceder más adelante, por lo que recordó que en Ciudad Universitaria tuvo una conversación con Martínez sobre la declinación de Heberto Castillo, del Partido Mexicano Socialista (PMS), en favor de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, toda vez que el profesor consideró que lo correcto era apoyar al dirigente con más apoyo popular.
“El ejemplo de Antonio Martínez lo señala: no basta con ocupar cargos en un gobierno, hay que empujar el movimiento de masas para transformar al país, hay que construir bases organizadas en el campo, en las escuelas, en las colonias, en todos los núcleos de la sociedad”, abundó.
En tanto, Rico rememoró que junto con Martínez fundó la Coordinadora de Movimientos Populares en el Club de Periodistas, en la que discutían la forma en la que debían de organizarse. Asimismo, realizaron el Encuentro Campesino Indígena, en donde escribieron fundamentos para los movimientos sociales, como el texto Línea de Masas.
Por último, Ricardo Martínez, hijo del homenajeado, citó una frase de su progenitor de 2005: “Nos atrevimos a convocar a este primer diálogo nacional con la esperanza de que en este proceso vayamos uniendo la lucha de resistencia cuyo signo distintivo hasta ahora ha sido el aislamiento y la fragmentación, para que juntos todos alcemos la organización y la unidad de todo el pueblo de México, para derrotar al enemigo en común, el nefasto modelo neoliberal”.
Martínez relató que su padre militó en el movimiento estudiantil de 1968, también en las movilizaciones de 1970, además de que fue obrero, telefonista, profesor del CCH-Oriente en donde impartió las materias de Historia y Filosofía, desde las que enseñó que la historia no sólo es la acumulación de los hechos del pasado, sino que es la muestra de las luchas sociales.
Además, contó que su padre fue un férreo defensor de los pobladores de San Salvador Atenco, quienes protestaron por la imposición del aeropuerto de Texcoco; igualmente, estuvo al frente de la lucha en contra de la ley de pensiones de 2004, que impulsó el entonces presidente Vicente Fox.
Ricardo Martínez aseguró que su progenitor no sólo fue un luchador social, también fue un hombre de propuestas, quien, con apoyo de organizaciones al igual que de sindicatos y movimientos sociales, hizo varias demandas estratégicas, como por ejemplo la recuperación de la industria energética, la elección del Poder Judicial, y la reducción de la jornada laboral a 40 horas con un pago de 56 horas.
Asimismo, destacó que Antonio Martínez apoyó a Andrés Manuel López Obrador en su lucha contra el desafuero en 2004 y 2005; igualmente, detalló su hijo Ricardo, las banderas de su padre fueron la defensa de la soberanía energética, la justicia social, la lucha contra la corrupción y la democracia participativa, que ahora son los pilares de la Cuarta Transformación.
“Su vida es, en suma, un testimonio de coherencia y compromiso: desde el movimiento estudiantil del 68, pasando por su militancia en las organizaciones comunistas de los 70 y 80, hasta sus años como profesor universitario, dirigente sindical y constructor de alianzas políticas. Antonio nunca abandonó la convicción de que otro México era posible: sus raíces mixtecas, su formación crítica y su entrega militante lo convirtieron en un referente de lucha y dignidad”, afirmó.
Abraham Pensamiento