El profesor emérito del Instituto de Investigación en Comunicaciones de la Universidad de Illinois, John Nerone, analiza las motivaciones del presidente de EU, Donald Trump, así como de los conservadores republicanos, para eliminar más de mil millones de dólares de la partida presupuestal a los medios públicos. Además, externa sus preocupaciones sobre el futuro de la sociedad estadunidense, que se ve más afectada por la polarización política.
Abraham Pensamiento
-El presidente Trump ordenó al Congreso de EU recortar la partida presupuestaria de la Corporación para la Radiodifusión Pública (CPB), la Radio Pública Nacional (NPR) y el Servicio Público de Radiodifusión (PBS) por primera vez desde su fundación. ¿Qué opina al respecto?
-El compromiso de Estados Unidos con los medios públicos ha sido históricamente débil en comparación con el de otros países desarrollados. Estados Unidos no tiene un equivalente a la BBC. Las organizaciones de radiodifusión pública que fueron recientemente desfinanciadas por la administración de Trump nunca han contado con los recursos necesarios para competir con los medios basados en el mercado. Sin embargo, han sido blanco de políticos conservadores desde su creación.
-El magnate indicó que los medios públicos estadounidenses se habían vuelto demasiado progresistas. Sin embargo, ¿cuál es la verdadera motivación?
-Ciertamente, el Presidente y su partido consideran que los medios públicos tienen un sesgo; se han alegado casos muy particulares de parcialidad en NPR, pero hay temas sobre los cuales cualquier organización periodística responsable parecería parcial ante los ojos del Presidente. Tomemos el cambio climático o el compromiso con la diversidad como ejemplos. Stephen Colbert bromeó diciendo que la realidad tiene un bien conocido sesgo liberal, lo cual, en estos temas, es efectivamente cierto. Los medios públicos, al igual que otras organizaciones de noticias convencionales —como The New York Times o CBS News— aseguran apegarse a los valores tradicionales del periodismo, como la precisión y la independencia, pero el movimiento conservador nunca ha aceptado esas aseveraciones. La simple verdad es que es imposible parecer neutral u objetivo en un entorno político tan polarizado.
-¿Intenta Trump controlar la narrativa en EU? ¿Cuál es la postura editorial de los medios públicos respecto a la administración Trump-Vance?
-Los medios públicos proclaman su neutralidad, creo que los periodistas de NPR se esfuerzan por producir contenido imparcial. Sin embargo, la audiencia de sus programas informativos está compuesta en su mayoría por personas de ideología liberal, por lo que, según el razonamiento de la administración, son considerados el enemigo. Esta forma de pensar también caracteriza su actitud hacia las universidades, los museos y otras organizaciones culturales.
-¿Qué opina de la afirmación del presidente Trump de que el presupuesto para medios públicos es innecesario? ¿No resulta contradictorio que esta decisión afecte 3.3 billones de dólares en la próxima década?
-En la orden ejecutiva de Trump para eliminar el presupuesto a los medios públicos, que precedió a la acción del Congreso, él señala que “el panorama mediático está lleno de opciones informativas abundantes, diversas e innovadoras. El financiamiento gubernamental de los medios de comunicación, en este contexto, no sólo está obsoleto y es innecesario, sino que también perjudica la apariencia de independencia periodística”. Esta postura es coherente con la posición conservadora tradicional de que los medios basados en el mercado responden mejor al público que los que son apoyados por el gobierno, los cuales —según ellos— sirven a los intereses de las élites. Esta postura es cuestionable. Es evidente que el dinero público no ha convertido a los medios en un ministerio de propaganda y los montos implicados son mínimos en comparación con otros gastos. Desarticular a los medios públicos representa eliminar mil 100 millones de dólares; al mismo tiempo, el Congreso aumentó el presupuesto para la aplicación de leyes migratorias en 170 mil 700 millones de dólares.
-¿Cómo afecta esta decisión al público? ¿Qué pasará con los medios de comunicación locales? ¿Cuál es su importancia cultural y educativa?
-El impacto variará. Muchas emisoras podrán encontrar otras fuentes de financiamiento, especialmente en los grandes mercados; en los mercados más pequeños, las cosas serán mucho más difíciles. El mayor impacto probablemente se sentirá en las zonas rurales, donde irónicamente los votantes apoyaron a la administración Trump y donde hay pocos medios de comunicación.
-¿Cómo describiría el papel de los medios públicos en el ecosistema mediático de EU en comparación con los medios privados?
-Los medios públicos siempre han ocupado un nicho pequeño en el ecosistema mediático de Estados Unidos. El discurso sobre su recorte siempre destaca la variedad de su programación. Los conservadores se quejan de los programas de noticias nacionales, mientras que los defensores señalan la programación infantil, los documentales de prestigio y los contenidos de servicio público, como los informes agrícolas en zonas rurales. Los medios públicos siempre han tenido una presencia más grande en el imaginario conservador de lo que realmente merecen. NPR, en particular, ha sido cínicamente demonizada como símbolo del elitismo.
-¿Cree usted que esta decisión pone en mayor riesgo la democracia y el acceso equitativo a la información?
-Esto complica que algunas audiencias encuentren noticias verdaderas y que ciertas voces sean escuchadas. Agrava una esfera pública ya disfuncional que contribuye a aumentar la polarización. El ecosistema informativo en Estados Unidos —y en muchos otros países donde el populismo de derecha está resurgiendo— se caracteriza por una partidización asimétrica: organizaciones de noticias como Fox News tienen audiencias leales —algunos dirían cautivas— que ignoran voces e información disonantes, y estos medios son abiertamente partidistas; mientras que los medios tradicionales se sienten obligados a mantener una postura neutral, pero han perdido a su audiencia conservadora, que los catalogan como “noticias falsas”. Siendo justos, el periodismo institucional no ha sido muy efectivo en escuchar a las personas que dice representar, aunque considero que ha sido mejor escuchando a la derecha que a la izquierda.
-¿Qué le deparará a la sociedad en términos de libertad de expresión, transparencia y verdad sin la CPB?
-En las últimas décadas, el sistema informativo se ha vuelto cada vez más politizado. Los medios públicos constituían un sistema que se suponía debía ser políticamente neutral e independiente. En teoría, estos medios estaban al mismo nivel que la educación, la investigación, las bibliotecas y los espacios públicos como un bien común gratuito. Todos estos ámbitos están politizados bajo el pretexto de erradicar el sesgo.
-¿Qué representa la administración Trump con estas decisiones? ¿Se encamina EU hacia la autocracia?
-No puedo culpar a nadie que se preocupe por eso, pero creo que existen mecanismos institucionales que impedirán el camino hacia la autocracia, y me tranquiliza el hecho de que las políticas de la administración sean bastante impopulares. La ciudadanía estadunidense es mayormente centrista, está descontenta con la polarización y eventualmente pondrá un alto a esto.





