Gran consternación provocó en el mundo académico de las ciencias sociales y la comunicación el fallecimiento del intelectual de origen belga Armand Mattelart, conocido sobre todo por haber sido coautor, junto con el chileno-argentino Ariel Dorfman, de Para leer al Pato Donald, una obra clásica sobre las narrativas de la cultura de masas y el imperialismo cultural.
Mattelart, sociólogo experto en políticas de comunicación, murió a los 89 años la madrugada del pasado 31 de octubre, en París, Francia, debido a una infección pulmonar, informó en un comunicado la Cátedra Michèle & Armand Mattelart.
Mattelart también era doctor en Derecho por la Universidad de Lovaina, Bélgica, se especializó en Demografía en la Sorbone, en Francia, y estudió en la Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile, país en donde se sumó al gobierno progresista de Salvador Allende.
De 1970 a 1973, Armand Mattelart trabajó en el sector de las políticas de comunicación y participó en el movimiento intelectual chileno y latinoamericano centrado en la crítica de los medios de comunicación masiva. En ese contexto, junto con Ariel Dorfman, publicó la obra que lo haría mundialmente conocido: Para leer al Pato Donald (1971).
Con el golpe militar de Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, Mattelart se vio obligado a abandonar Chile. Se estableció en Francia, donde consolidó una carrera académica, convirtiéndose en profesor emérito de la Universidad de París VIII.
De esta manera, durante las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, Mattelart se convirtió en un referente del pensamiento crítico sobre los medios de comunicación, la cultura y la globalización.
Además, el pensador fue autor de diversas obras, entre ellas, La Comunicación-Mundo; Multinacionales de la Comunicación; La Invención de la Comunicación y, junto a Michèle Mattelart, Historia de las Teorías de la Comunicación, Diversidad cultural y mundialización; y Un mundo vigilado.
Sin equivocarse, Mattelart consideró a la comunicación como un campo de disputa política, por lo que la comprensión de sus mecanismos es esencial para cualquier proyecto social. También sostenía que democratizar la información significaba democratizar a la sociedad misma.
A lo largo de su vida, obtuvo diversos reconocimientos Honoris Causa, de universidades como la de La Habana, Valladolid, Málaga y Autónoma de Nuevo León.
“Uno de los teóricos más importantes de la comunicación ha partido… Una pérdida enorme para el mundo de la comunicación, esa que teorizó y contribuyó a potenciar desde una visión crítica”, lamentó el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL).
Redacción





