Formado como arqueólogo en la Universidad Veracruzana, fue investigador del Centro INAH Oaxaca por casi 30 años
Como coordinador del proyecto “Arqueológico Bocana del Río Copalita”, en Bahías de Huatulco, identificó los antiguos patrones culturales de la región
La Secretaría de Cultura federal, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), lamenta el fallecimiento del arqueólogo Raúl Noé Matadamas Díaz, ocurrido este martes, en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca.
Investigador del Centro INAH Oaxaca desde el 16 de abril de 1993, Raúl Matadamas Díaz dedicó casi 30 años de su vida y nueve temporadas de investigación arqueológica a las zonas costeras de dicho estado.
Principalmente, Matadamas estudió Huatulco y el sitio arqueológico Bocana del Río Copalita, en Bahías de Huatulco, donde fue director del proyecto de investigación y conservación, hasta el día de hoy.
“El caudaloso río Copalita y su desembocadura al océano Pacífico fue escenario natural para que los pueblos mixe –zoque y zapotecos de la Sierra Sur– desarrollaran un proceso civilizatorio al que también se vincula a grupos étnicos como los nahuas, tolteca-chichimecas, chontales, chinantecos y mixtecos”, explicó el arqueólogo refiriéndose al sitio que desveló durante más de dos décadas.
Con otras colaboradoras como Mirna Isalía Zárate y Sandra Liliana Ramírez Barrera, Matadamas realizó investigaciones arqueológicas que derivaron en valiosos datos antropológicos sobre las actividades sociales, económicas, políticas y religiosas de un asentamiento urbano en la costa de Oaxaca, cuyo origen data desde el Preclásico, prosperó en el Clásico y decayó en el Posclásico.
En Bocana del Río Copalita no solo logró identificar los patrones culturales y así proponer la organización social de la región en esas épocas, sino que, desde la antropología física y el análisis macroscópico de restos óseos, determinó las principales enfermedades que afectaron en el pasado a dichas comunidades.
A la par de las excavaciones arqueológicas, Matadamas se enfocó en la clasificación de materiales arqueológicos hallados en el sitio, siendo el más abundante la cerámica, seguido de lítica pulida y tallada y concha, principalmente asociada al consumo humano.
A través de un proyecto integral buscó atar cabos sueltos de la investigación arqueológica, sin dejar de lado el compromiso de protección y difusión del patrimonio cultural y natural; es así que trabajó en la conservación de los edificios con acciones que garantizaran la salvaguarda de los monumentos arqueológicos expuestos a la visita pública.
Otro aspecto que consideró relevante fue la apropiación de la información por parte de las comunidades locales para que tomen en cuenta sus orígenes; asimismo, vio a la zona arqueológica como una pequeña fuente de empleo para los habitantes de la región que se mostraban interesados en participar en la conservación del patrimonio cultural.
La importancia de la investigación de Raúl Matadamas se debe a la casi nula información previa que se encuentra en fuentes coloniales y a la poca cantidad de trabajos arqueológicos en la región costera de Oaxaca.
Bocana del Río Copalita es un sitio arqueológico ubicado estratégicamente a orillas del río Copalita, rodeado de agua dulce y salada y de abundante flora y fauna, característica de la selva baja caducifolia; fue elegido por los pobladores prehispánicos para erigir su comunidad.
Matadamas también trabajó en el rescate de los muros de Teotitlán del Valle, en la región de los Valles Centrales de Oaxaca.
Es autor en los libros colectivos: Las rutas de la tierra del sol (Universidad Tecnológica de la Mixteca), Riqueza cultural de la Sierra Sur (Universidad de la Sierra Sur), Mitos y simbolismos en la cultura mixteca (Universidad Tecnológica de la Mixteca) y Símbolo y representaciones zapotecas (Universidad del Istmo).