La guerra entre Camboya y Tailandia ya causó el deceso de 37 personas, mientras que, aproximadamente, hay 400 heridos, con lo que fracasa el plan de paz del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien intervino recientemente junto con el primer ministro malayo para cesar los combates, pero las agresiones continúan.
“Han acordado cesar todos los disparos a partir de esta noche y volver al acuerdo de paz original alcanzado conmigo y con ellos, con la ayuda del gran primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim”, publicó el día viernes en sus redes sociales.
A pesar de la intervención estadounidense, la suma de decesos aumenta; el gobierno camboyano informó la muerte de 11 civiles asesinados y 59 heridos, mientras que el gobierno de Tailandia aseguró que fallecieron 10 civiles y 16 soldados, mientras que registró 327 lesionados. Los ataques también obligaron al desplazamiento de 600 mil personas a lo largo de 820 kilómetros de frontera.
El Ministerio de Interior camboyano anunció a través de un comunicado que el Gobierno “ha decidido suspender por completo todos los movimientos de entrada y salida en todos los cruces fronterizos entre Camboya y Tailandia, con efecto inmediato y hasta nuevo aviso”.
Esta decisión preocupa a los tailandeses porque esperaban el retorno de 7 mil personas de esa nacionalidad, quienes aguardan en la frontera desde hace días, pero ahora no podrán regresar.
“Estas acciones violan numerosas disposiciones del derecho internacional que, por nuestra parte, Tailandia respeta. Les aseguro que los camboyanos y otros ciudadanos extranjeros que viven en Tailandia recibirán asistencia de conformidad con el derecho internacional”, dijo en rueda de prensa el portavoz adjunta de la Cancillería tailandesa, Maratee Nalita Andamo.
Siguen los ataques entre ambas naciones
La semana pasada, el presidente del Senado en Camboya, Hun Sen, ya declaró que su país llevará a cabo una lucha encarnizada contra Tailandia: “Camboya quiere la paz, pero se ve obligada a contraatacar para defender su territorio”, escribió en redes sociales el también exprimer ministro, que gobernó Camboya durante casi cuatro décadas hasta 2023, cuando lo sucedió su hijo, Hun Manet, pero sigue siendo ampliamente considerado como el líder de facto del país.
En tanto, el primer ministro de Tailandia, Anutin Charnvirakul, señaló que el gobierno camboyano nunca se puso en contacto con Tailandia para posibles negociaciones, por lo que los ataques continuarán: “Tenemos que hacer lo que tenemos que hacer”, expresó, y agregó: “El gobierno apoyará todo tipo de operaciones militares como se había planeado antes”.
Los tailandeses comentaron que fueron los camboyanos los que atacaron en primer lugar antes de que ellos respondieran con ataques aéreos el pasado lunes 8 de diciembre, por lo que, según indican, fueron acciones en contraataque; no obstante, el portavoz militar Surasant Kongsiri expuso que las operaciones militares continuarán “hasta que cesen los ataques”.
Por otro lado, al reiniciarse los combates, el presidente Donald Trump expresó que volvería a intervenir, ya que nadie más puede hacerlo: “Creo que puedo lograr que dejen de pelear, ¿quién más puede hacerlo?” y terminó defendiendo sus acuerdos de paz de julio: “De vez en cuando, una se enciende de nuevo y tengo que apagar esa pequeña llama”.
A su vez, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, exhortó a ambos países a cesar las hostilidades y a apegarse a los Acuerdos de Paz de Kuala Lumpur de octubre, llevan el nombre de la capital de Malasia, país que medió durante los enfrentamientos de julio hasta la presión de Trump: “Instamos encarecidamente al cese inmediato de las hostilidades, a la protección de los civiles y a que ambas partes retomen las medidas de desescalada esbozadas”, declaró Rubio en un comunicado.
Donald Trump se adjudica el haber detenido supuestamente ocho guerras, pero este es el ejemplo de que no es así, sin mencionar que la aparente paz en Gaza ha sido transgredida por Israel 500 veces, mientras que los sionistas continúan desplazando a palestinos en Cisjordania y matando civiles en Líbano.
¿Cuál es el origen de la guerra e intervención de la CIJ?
Las disputas comenzaron hace más de cien años (1904 y 1907), cuando se trazaron las fronteras entre ambos países tras la ocupación francesa, los cuales definieron los límites de Siam (actual Tailandia) y la Indochina francesa. No obstante, se centró inicialmente por la propiedad de Preah Vihear, un antiguo templo.
El caso se llevó a la CIJ, la cual falló a favor de Camboya en el año 1962, pero el asunto continuó latente décadas más tarde, sobre todo en la guerra civil camboyana.
Sin embargo, la situación se tornó hostil en 2008, en el momento en el que Camboya intentó registrar un templo del siglo XI ubicado en la zona en disputa como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, una medida que fue recibida con fuertes protestas por parte de Tailandia, por lo que se le solicitó a la CIJ que aclarara el asunto.
En 2013, la CIJ le otorgó hoy a Camboya la soberanía sobre el templo Preah Vihear al igual que la zona que lo rodea, en un fallo unánime, por lo que instó a los tailandeses a retirar de la zona que reclamaban a todas sus tropas.
Abraham Pensamiento





