En comunicados por separado, la Cámara de Diputados y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) condenaron el acoso sexual contra la presidenta Claudia Sheinbaum, por parte de un hombre en estado de ebriedad que se le acercó y le hizo tocamientos sin su consentimiento, el pasado martes en calles del Centro Histórico de la Ciudad de México.
La SCJN manifestó que el contacto físico sin consentimiento es una forma de violencia que “atenta contra la dignidad y los derechos de las personas. Toda mujer merece respeto y la denuncia de este tipo de agresiones representa un mensaje claro de repudio y rechazo a su normalización”.
Mientras que la Cámara de Diputados subrayó que lo sucedido “pone en evidencia la persistencia de una desigualdad arraigada, que normaliza el irrespeto y trivializa la violencia cuando se ejerce contra una mujer”.
Asimismo, ambas instancias reconocieron que el acoso es una problemática que viven mujeres en toda la República Mexicana. “Si esto le ocurre a la jefa del Estado, también ocurre todos los días, de manera silenciosa, contra miles de mujeres en nuestro país”, subrayó la Cámara de Diputados.
La SCJN resaltó que la violencia contra las mujeres es representante de “un obstáculo estructural”, que debe ser erradicado para asegurar la equidad de género.
La Cámara Baja apuntó que el acoso a la mandataria es un llamado de urgencia para revisar y atender las políticas públicas, así como los comportamientos y códigos masculinos: “Una masculinidad que confunde cercanía con derecho y afecto con dominio”. Además, advirtió que el acoso es una agresión que refleja la cultura política y las estructuras sociales que toleran la invasión del cuerpo femenino.
“La defensa de la dignidad y la libertad de las mujeres exige construir un país donde prevalezcan el respeto, la igualdad y la justicia para todas las personas”, expresó la Corte.
Finalmente, la Cámara de Diputados llamó a los gobiernos estatales a capacitar a las autoridades para impartir justicia a las mujeres, impulsar campañas permanentes de difusión del derecho a una vida libre de violencia, así como campañas de educación para los hombres, y enseñarles nuevas maneras de relacionarse con las mujeres sin ser irrespetuosos o violentos.
“Los hombres nos matan, nos agreden, tocan nuestro cuerpo, nos acosan, nos amenazan, nos chulean, se burlan de nosotras, nos violan, nos hostigan laboralmente y muchas conductas más, porque pueden, no porque nosotras les provoquemos”, aseveró la Cámara Baja.
Camila Doroteo





