Al asumir la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el próximo 1 de septiembre, una tarea inmediata será alejar al poder económico de la impartición de justicia, a fin de que el sistema judicial sirva a los intereses de la gente más desprotegida, afirma en entrevista el magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa de la CDMX, Irving Espinosa Betanzo, quien el pasado 1 de junio resultó electo como ministro del máximo tribunal.
Sin embargo, el próximo integrante de la SCJN señala que además de perfeccionar el proceso electoral judicial, se requieren cambios en las fiscalías de los estados, en la Fiscalía General de la República y las defensorías de oficio, con el objetivo de contar con un sistema integral de justicia.
Carlos Padilla Ríos
-El pasado 15 de junio recibió su constancia por parte del INE que lo acredita como próximo ministro de la SCJN. ¿Cuál es su sentir?
-Es un momento histórico, porque es la primera vez que el pueblo de México —a través de elecciones libres, directas, secretas— decide quiénes van a ser las personas que integrarán no sólo el máximo tribunal, sino los distintos cuerpos encargados de impartir justicia… lo cual es algo verdaderamente emocionante, pero también por la gran responsabilidad que tenemos, pues hay una gran expectativa de la gente que votó, pero también de los que no votaron. Sin embargo, a las personas que sí emitieron su sufragio y que nos dieron la oportunidad no les podemos fallar.
-¿Cómo vivió los días previos a la elección judicial?
-Platicar con la gente y convencerla ha sido una gran enseñanza, pues teníamos que salir a las calles, plazas públicas, parques, jardines, así como visitar las escuelas universitarias, para explicar las causas de esta reforma que, como lo dijimos muchas veces, busca terminar con la corrupción en el Poder Judicial (PJ), en donde el poder económico decidía no sólo en los grandes asuntos, sino también en los casos no tan relevantes. Desafortunadamente, eso ocurrió durante mucho tiempo, por lo que había que platicar con la gente, decirle cuál ha sido nuestra trayectoria y convencerlos de que era más que necesario salir a votar. En mi caso particular, hay un compromiso no sólo de hace algunos meses, sino de muchos años de combatir la corrupción… pues hay que ser consecuente, hacerlo también desde la máxima tribuna que es la SCJN. -¿Qué propondrá como ministro de la Corte a partir del próximo 1 de septiembre? -La totalidad del proceso electoral terminará una vez que hayan sido resueltas todas las impugnaciones; hay algunas impugnaciones relacionadas con el cómputo de ministras y ministros, hay un plazo perentorio de tres días antes de que se instale el siguiente periodo ordinario de sesiones, de modo que estamos planteando que sea hasta el 28 de agosto a más tardar, pero tenemos la convicción de que se resolverán mucho antes.
-¿Estas impugnaciones alterarían los resultados?
-Difícilmente alterarían los resultados, pero hay que señalar que las personas candidatas tienen la posibilidad de impugnar; sin embargo, considero que, en principio, es contundente el número de votos que determinaron los cargos de quienes vamos a ocupar la Corte, por lo que lo veo complicado, pero también vamos a estar atentos como terceros interesados en el juicio.
-¿Qué pendientes tiene la actual SCJN con la ciudadanía?
-Primero, falta de cercanía con la gente; dos, esta circunstancia que generó malestar en la población: los elevados salarios, las grandes prestaciones… mientras que los otros dos poderes —Legislativo y Ejecutivo— plantearon austeridad para destinar recursos a causas para mejorar las condiciones de vida de la población. No obstante, la Corte y, en general, el Poder Judicial de la Federación omitió (el tema) bajo la premisa de que los buenos salarios garantizaban la imparcialidad al igual que la ausencia de corrupción, lo cual quedó demostrado que eso no es ninguna garantía; la garantía está en las personas, no en los salarios.
-¿Qué podemos esperar de esta nueva Corte? ¿Qué ve en sus pares que lo acompañarán? ¿Qué podemos esperar de ellos?
-Lo primero que debemos hacer es cumplir la expectativa de la población: una Corte cercana a la gente, porque esta gran parafernalia que vestía a las y los ministros, que prácticamente los hacía casi intocables y alejados de la gente, todo eso tiene que terminarse, ya que tenemos que ver que esta campaña nos dejó la posibilidad de tener contacto con la gente, no sólo yendo a las plazas públicas, sino también en redes sociales. Dos, en cuanto a la interpretación, así como a la aplicación del derecho, algo que es indispensable —y lo dije durante mucho tiempo— es separar el poder económico de la justicia, eso es inmediato, indispensable. Tercero, tendrá que acabarse con estos grandes privilegios que resultaban oprobiosos para la población… bajo esta falsa idea de que los grandes salarios generaban objetividad. Asimismo, se requiere de una interpretación social del derecho… se debe garantizar que se mejoren las condiciones sociales de la población, porque si ya la Constitución ha considerado, por ejemplo, la posibilidad de la igualdad sustantiva en cargos del servicio público, si ya la Constitución ha considerado como sujeto de derechos a los pueblos y las comunidades indígenas, al igual que a las comunidades afromexicanas, entonces como guardianes del Estado de derecho también es necesario que eso se garantice, a pesar de que alguna autoridad no lo quiera reconocer…

-Quizás uno de los logros de esta primera elección del PJ es que muchos ciudadanos se preguntaron: ¿Qué hace un juez? ¿Qué hace un magistrado? ¿Qué hace un ministro? ¿Cuál es la importancia de involucrarse en este proceso? ¿Cómo lo ve usted?
-Lo veo muy importante, además, sirve para el desarrollo democrático de nuestro país. Históricamente estábamos acostumbrados sólo a la elección de los integrantes del Poder Legislativo, así como del Ejecutivo, y dejábamos de lado el tema jurisdiccional, el de la justicia. Durante mis recorridos ponía como ejemplo a la gente la importancia al igual que la trascendencia de elegir a las personas juzgadoras, les hablaba del anatocismo. Como ustedes se acordarán, a inicios de los 90 con el boom del neoliberalismo, donde todo lo público era lo malo y lo privado era lo bueno, pues en principio se decidió vender todos los bancos, pero no solamente se vendieron a particulares de carácter nacional, sino también se vendieron a particulares en el extranjero. Entonces, el problema es que tiempo después, ya en 1997, la Corte, realizando una interpretación totalmente favorable a los intereses económicos privados, consideró que era legal el cobro de intereses sobre intereses, el famoso anatocismo. Ellos le llamaron “capitalización de los intereses”. Incluso hasta para nosotros los abogados eso resultaba aberrante, porque cuando estudiamos el derecho romano antiguo, más de dos mil años antes, era ilegal el cobro de intereses sobre intereses. Sin embargo, la SCJN decidió que era legal… lo que obviamente afectó a miles de mexicanos, ya que sus deudas, que eran de 10 mil pesos a lo sumo, se convirtieron en deudas de 50 mil. Además, en el año 94 la gran crisis económica que se generó impidió que la gente pagara con oportunidad sus deudas. Se generó una crisis bancaria que empobreció a la gente y benefició al capital privado. Entonces, el hecho de que la gente ahora tenga la posibilidad de decidir quiénes van a ser sus jueces, magistrados y ministros es una muy buena oportunidad para mejorar las condiciones de vida y entender que los procesos democráticos no sólo se desarrollan en el ámbito legislativo y ejecutivo, sino también en el ámbito judicial. Asimismo, un dato histórico: la Constitución de 1824, la de 1857 y el texto original de 1917 estableció de alguna manera la elección indirecta de los integrantes de la Corte, pero eso se cambió con que el Presidente designara a los ministros.
-Ha habido algunos retrasos en las resoluciones de la Corte sobre muchos temas por resolver. A los actuales ministros les quedan dos meses, ¿a ustedes les dejan mucho trabajo, magistrado?
-Pues sí, sabemos que desde abril ya dejaron de turnar expedientes y que están dejando muchos pendientes, pero vamos a llegar con muchos ánimos, lo vamos a hacer excelentemente bien, vamos a darle respuesta al pueblo de México. Cada quien asumirá su papel histórico en la vida de nuestro país; será la historia la que le reclamará a cada quien.
-Hay muchos temas polémicos que seguramente van a enfrentar ustedes; continuarán siendo objeto de campañas sucias. ¿Está preparado para eso?
-Tenemos el respaldo de todas y todos los mexicanos que salieron a votar por nosotros; en mi caso más de tres millones 350 mil personas, ésa es la fuerza, la legitimidad que tenemos para afrontar los retos que vienen y lo vamos a hacer con mucha responsabilidad.
-El PJ tiene un canal de televisión, el Canal Judicial… es muy cercano para la gente que lo ve por los temas de la jurisdicción o sobre la función judicial, pero también es una emisora que poca gente ve. ¿Qué puede comentar al respecto?
-Tiene que llegar a la gente, tiene que ser accesible y alguien podría decir que es un tema muy populista, pero tiene que popularizarse para que la gente lo tenga de manera constante, permanentemente y, en efecto, a veces parece que es sólo para consumo interno, tal como sucede con el Canal del Congreso… pasa algo muy parecido con el Canal Judicial: uno de los problemas que ha habido es que solamente se les ha dado espacio a determinadas visiones del derecho, y pues hay que ampliarlo. Por ejemplo, en la academia se desarrollan distintos tipos de visiones del derecho: las teorías positivistas, las teorías naturalistas, las corrientes críticas del derecho, que dan origen a concepciones que ha mencionado el actual ministro presidente electo (Hugo Aguilar), a saber, el pluralismo jurídico. Considero que ahí hay que ampliarlo, hay que darles voz y cabida a todas las visiones del derecho, porque no sólo una es la hegemónica, así como nuestra nación es pluricultural, también hay una pluralidad de visiones del derecho.
-Hay especialistas que aseguran que no basta con reformar al PJ, porque la justicia, como usted dice, no llega a la gente de abajo. ¿Qué más hace falta para mejorar la justicia en nuestro país?
-Entre las cosas que se puedan mejorar en principio es el mismo proceso electoral, pero también se requieren cambios respecto a las fiscalías estatales, la Fiscalía General de la República, las defensorías de oficio, porque también eso es muy importante plantearlo, ya que es indispensable la creación de un sistema integral de justicia que se vincule directamente con las escuelas universitarias, porque en las universidades, en las escuelas de derecho, es donde se forma a los futuros litigantes, funcionarios judiciales, asesores legislativos, a los próximos jueces, magistrados y ministros, por lo que también es un tema de mediano y largo plazo. Pero hay algunos temas que también hay que atender de manera rápida, como son las defensorías públicas, porque en ocasiones están rebasadas en cuanto a trabajo, principalmente cuando están involucrados los grupos vulnerables.
-¿Usted usará toga?
-Pues está la iniciativa en el Congreso (para eliminar su uso), de modo que nos ajustaremos a lo que diga la normativa vigente, si ya en algún momento se determina otra cosa ya veremos. Pero en principio entendemos las razones por las cuales uno de los integrantes electos lo ha señalado, por lo que respetamos la decisión; sabemos que también ocupar la indumentaria típica de nuestros pueblos originarios es una gran responsabilidad que implica una identidad con las personas.
-¿Con saco y corbata basta?
-Cada quien, yo considero que por el momento nos adecuaremos y cumpliremos con la legislación vigente.
-¿Un último mensaje, magistrado?
-Primero agradecer a todas las personas que salieron a votar, a aquellas personas que no votaron por distintas consideraciones, pues también que sepan que vamos a actuar con probidad, con mucha responsabilidad y que les decimos que la justicia será para todas y todos, para quienes salieron a votar y para quienes no salieron a votar. Es una responsabilidad con la gente, con el pueblo de México.