El PAN, Vox y la ideología de género
Comunicación Política

El PAN, Vox y la ideología de género

Ivonne Acuña Murillo

El pasado 2 de septiembre 14 senadores y senadoras y 2 diputadas y un diputado del Partido Acción Nacional (PAN) y 2 diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) homenajearon, en la sede oficial del Senado de la República, a Santiago Abascal, líder del partido español franquista de ultraderecha Vox y firmaron la Carta de Madrid, donde se  comprometen a proteger a 700 millones de habitantes de la “Iberosfera” (concepto acuñado por el mismo Abascal) de la supuesta amenaza del comunismo y para defender la democracia, la separación de poderes, la libertad de expresión y la propiedad privada.

El escándalo en México fue mayúsculo, por lo que las y los firmantes tuvieron que disculparse y deslindar a sus institutos políticos de un compromiso formal con Vox. Sin embargo, eso no bastó, la señal que integrantes del PAN y del PRI enviaron a la ciudadanía es inequívoca, especialmente en materia de los derechos humanos reconocidos a las minorías y muy en sintonía con lo que ha dado en llamarse “la ideología de género”.

La inesperada reunión y la firma del documento provocaron una serie de análisis y tomas de postura, que quedaron plasmados en algunas notas y columnas periodísticas en  México y España: “El PAN y VOX, unidos por el Yunque” (Álvaro Delgado, El Heraldo de México, 7 sept.); “PAN se deslinda de Vox; no tenemos ninguna relación institucional, dice” (Redacción Animal Político, 6 sept); “La vicecoordinadora del PAN en el Senado dijo que la firma de la “Carta Madrid” por varios legisladores blanquiazules, no representa la visión del partido”, (Redacción Aristegui Noticias, 6 de sept.); “No tenemos relación institucional con Vox, dice PAN (Reforma, 16 sept.); “Senadores panistas rechazan las causas de Vox y Rementería se disculpa en público” (Redacción Sin Embargo, 7 sept.).

Además, “Panistas se quitan careta liberal y humanista al reunirse con Vox, de ultraderecha racista: Abraham Mendieta (nota de Francisco Félix, julioastillero.com, 3 sept.); “Infectado por Vox, el PAN, en terapia intensiva” (Bernardo Barranco, Proceso, 14 de sept.); “Líderes panistas rechazan apoyo de senadores con el ultraderechista partido Vox” (El Sol de México, 3 sept.); “El Partido de Acción Nacional de México destituye al organizador de la reunión con Vox” (elDiaro.es, 7 de sept.); “Vox en México: el PAN ‘no niega la cruz de su parroquia’” (Zósimo Camacho, Contralínea, 4 sept.).

“Madero, Gil Zuarth y otros panistas  se deslindan de relación con Vox” (Redacción El Universal, 2 sept); “Presidente López Obrador critica al PAN por su acercamiento con Vox, partido que reivindica el franquismo”, Nota de Presidencia,( Revista Zócalo, 3 sept.); “PAN se adhiere a Vox para frenar el avance del comunismo” (EFE, 3 septiembre); “La estela ultraderechista de Vox, un misil que divide al PAN”, (Elena Reina, El País, 3 sept.); “Tormenta interna en el PRI y el PAN por el apoyo de sus senadores al ultraderechista español Santiago Abascal” (Carlos Salinas Maldonado, El País, 3 de sept.); “Senadores del PAN y el PRI apoyan al ultraderechista Santiago Abascal en su cruzada contra el comunismo” (Carmen Morán Breña, El País, 2 sept.).

El acento puesto en los encabezados no deja lugar a duda de la desesperación del PAN y el PRI, ante su debilidad para enfrentar el poderoso liderazgo del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.

No les importó celebrar y “tomarse la foto” con el líder de un partido político que pretende volver a la España progresista “al armario de las identidades únicas, las creencias homogéneas y los prejuicios puritanos” (David Jiménez, “La cruzada intolerante que quiere cambiar España”, The New York Times, 5 diciembre 2019) y que festeja la Conquista de Tenochtitlan como un acto civilizatorio que libró a millones de indígenas de la brutalidad de los mexicas (José Antonio López, “‘Orgullosos de nuestra historia’: Partido Vox de España celebra la caída de Tenochtitlan”, Milenio, 13 agosto 2021) y que tampoco ha tenido empacho en insultar al primer mandatario de México, fuera (el Partido español de ultraderecha Vox llama a AMLO ‘mediocre con ínfulas’”, El Economista.es, 20 noviembre 2019) y dentro del país (Jesús Hellín, “ Abascal responde a López Obrador, quien ‘se abraza a tiranos y protege a narcos’”, Europa Press, 4 de sept. 2021).

No le dieron tampoco la importancia debida a su auto destape como institución conservadora, muy en la línea del dictador español Francisco Franco para, en el colmo de la ironía, usar una ideología golpista, autoritaria y violatoria de derechos humanos para justificar sus ataques a quien acusan de autoritario. Ni les preocupó hacer visible la cultura ultraderechista de “El Yunque”, organización ya no tan secreta que ha colonizado al PAN y amenaza con hacer lo mismo al PRI y que tiene como propósito la imposición de valores de corte medieval que niegan las últimas generaciones de derechos humanos, en particular los que protegen a categorías sociales como las mujeres, las personas de la diversidad sexual y las y los migrantes.

Pero, el guiño hecho a la ultraderecha española no es lo único a considerar. La falta de una dirigencia fuerte y una línea de acción consensada parece ser el factor que al interior de ambos partidos posibilitó que parte de su militancia se pensará en libertad para adherirse, motu proprio, al líder de Vox y su intención de “salvar” al mundo. Dos presidencias, la de Marko Cortés y su pretendida reelección al frente del PAN y la de Alejandro Moreno, suspirante por la candidatura del PRI a la presidencia en 2024, que han dejado mucho que desear y que evidencian la falta de cuadros y liderazgos reconocidos y respetados al interior de sus institutos políticos.

Sin embargo, no es lo único que ha quedado en evidencia a partir del acercamiento a la ultraderecha española, rechazada incluso por panistas o expanistas que han reprobado no tanto el hecho como que una parte de sus militantes haya abierto al mundo sus verdaderas creencias e intenciones, algunas de las cuales pueden ligarse con la lucha feroz en contra de las mujeres y las personas de la diversidad sexual y sus derechos recientemente adquiridos.

En esta línea, cobra relevancia lo que ha dado en llamarse “ideología de género”, basada en una interpretación torcida de la teoría de género y las reivindicaciones feministas y de la diversidad sexual, a la que se añaden, a propósito, una serie de imprecisiones y mentiras francas.

De acuerdo con el Glosario para la igualdad, publicado en línea por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), “La ideología de género es un término que se utiliza de manera negativa y despectiva para cancelar o desestimar la diversidad sexual y de género a la que se han ido abriendo las sociedades, las culturas y las naciones. Al denominarla ideología se hace referencia al carácter dogmático que se presupone respecto a las ideas de igualdad, empoderamiento y respeto de la vivencia personal de la identidad y la sexualidad.

Se rechazan los movimientos feministas y de la diversidad argumentando que van en contra de la naturaleza y de la familia y que operan poniendo en peligro el orden social establecido. La ideología de género […] busca denostar las reivindicaciones de los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual.” (https://campusgenero.inmujeres.gob.mx/glosario/terminos/ideologia-de-genero)

Para dotar de materialidad a esta definición conviene recordar que en 2009, durante el sexenio de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, el PAN y el PRI aprobaron leyes antiaborto en 17 estados de la República, propiciando con ello que, entre 2009 y 2018, 200 mujeres fueran puestas presas por este motivo acusadas de homicidio en razón de parentesco, infanticidio, filicidio y omisión de cuidados y que 28 personas más fueran sentenciadas por haber tenido algún grado de participación, especialmente en los estados de México, Veracruz, Tamaulipas, Sonora e Hidalgo; entre 2007 y 2016, 4 mil 246 personas fueron denunciadas por abortar; en septiembre de 2021 se contabilizaron 432 carpetas de investigación abiertas en 27 entidades. (Eréndira Aquino, “En México, abortar se paga con cárcel: en 10 años, 228 personas fueron sentenciadas”, Animal Político, 30 agosto 2018).

Según otra fuente, 700 mujeres se encuentran presas en México por abortar (Alberto Nájar, «¡Bésalo, pídele perdón! ¡Tú lo mataste!»: el drama de las 700 mujeres presas por aborto en México, muchas veces espontáneo”, BBC Mundo, México, 25 julio 2016). Aquí parte del testimonio desgarrador de una joven que sufrió un aborto espontáneo en medio de la negligencia (acudió al servicio médico con molestias estomacales tres meses antes, le diagnosticaron gastritis y nadie notó que estaba embarazada) incomprensión, misoginia, fanatismo y crueldad del personal médico que la atendió en el Hospital General de Zona número 71 del IMSS, en marzo de 2015, en el estado de Veracruz, antes de ser denunciada por este motivo:

La enfermera llegó hasta la cama del hospital donde convalecía Patricia Méndez Manuel y le acercó a la cara un pequeño bulto. Eran los restos de un feto humano.

«¡Bésalo, pídele perdón!», dice que le ordenó. «¡Tú lo mataste!».

La joven estudiante de 19 años estaba en shock.

No pararon ahí las negociaciones entre el PAN y el PRI, teniendo como objeto de cambio los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. El ejemplo más reciente ocurrió en marzo de 2019 cuando el PRI, interesado en que se aprobara la Ley de Fortalecimiento Municipal y el PAN, dispuesto a que se aprobara una reforma al Artículo 1 de la Constitución local, penalizando el aborto en Nuevo León, negociaron intercambio de apoyos mutuos para que ambos partidos salieran “ganando”, menos las mujeres ¡claro!

Sin embargo, las y los legisladores panistas y priistas no actúan en solitario, pues voltean sus ojos a otros países. Una de las organizaciones directamente ligadas y derivadas de “El Yunque”, “Hazte Oír”, criticó once leyes a favor del respeto a la diversidad sexual y en contra de actos homofóbicos aprobadas en España (Érika Ramírez, “Hazte Oír y su posición antigénero”, Contralínea, 16 agosto 2021).

Otro tipo de agendas, en la misma lógica de la “ideología de género”, que también tienen presencia en México, se encuentra aquella relacionada con la materia educativa. En varios estados de la República, 9 al menos, padres y madres de familia y organizaciones de la sociedad civil han pretendido vetar contenidos educativos sobre ética, educación sexual y perspectiva de género, con argumentos tan ridículos como que se pretende enseñar a niñas y niños a masturbarse dentro de sus aulas de estudio y motivarles a cambiar de sexo.

Esta iniciativa se conoce como “Pin parental” y es una calca de la iniciativa presentada por Vox en España, con el mismo objetivo y es “[…] solo el capítulo más reciente de una larga lista de intervenciones en la vida pública del país y es parte de una estrategia mucho más grande de grupos antiderechos para posicionarse políticamente” (Elías Camhaji, “La agenda ultraconservadora se abre paso en México”, El País, 17 julio 2020). En México, se busca impedir que niños y niñas de primaria, secundaria y preparatoria reciban clases de educación sexual, reproductiva, de género y sobre cualquier otro tema que, a ojos de sus madre y padre, resulte “ética o moralmente controvertido”.

Este tipo de iniciativas, impulsadas por el PAN y el Partido Encuentro Social (PES), dejan sin herramientas a las y los menores para reconocer y denunciar abusos sexuales tanto dentro como fuera de la familia y hacen oídos sordos a que, de acuerdo con la asociación Aldeas Infantiles SOS, México ocupa el primer lugar mundial en abuso sexual infantil, alrededor de 5.4 millones de casos por año (“México, el primer lugar mundial en abuso sexual infantil”, Redacción El Universal, 12 noviembre 2020).

A decir de la diputada del PES, Elsa Méndez Álvarez, su resistencia se funda en que las clases de salud reproductiva buscan “adoctrinar e hipersexualizar a los niños desde edades muy tempranas” (Omar Páramo/Myriam Núñez, “El PIN Parental, retrógrada y violatorio a los derechos del menor”, UNAMGlobal.mx, 10 agosto 2020).

Como puede observarse la relación del PAN con Vox data de tiempo atrás y siendo “El Yunque” una organización central en la difusión de esta clase de agendas antiprogresistas y antiderechos, se podría afirmar que mucho antes de que Vox naciera, el PAN ya buscaba la manera de evitar el avance de las mujeres y de los grupos de la diversidad sexual en la lucha por sus derechos por lo que, se puede asegurar, su reunión con Santiago Abascal no fue fortuita y sus disculpas y deslindes, en todo caso, son una farsa derivada del miedo a que se conozcan sus verdadero intereses. Demasiado tarde, se diría, su naturaleza ha sido por fin develada gracias a una estrategia equivocada.

12 de octubre de 2021