Tras la muerte de Benedicto XVI es inevitable el balance de una trayectoria cargada de ambivalencias, contradicciones y claroscuros. Es revelador cómo, mientras los sectores conservadores de la Iglesia glorifican la figura y aportes de Benedicto XVI, los sectores progresistas le reprochan su inclemencia para contener y reprimir toda iniciativa que saliera del control de Roma y de la ortodoxia eclesiástica.
Bernardo Barranco, Hemeroteca, Revistas 2017
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